Diana Ross, Olivia Newton John, Madonna y cualquiera que fuera alguien durante la inolvidable década de los ochentas lo sabían bien: no hay nada como los detalles cromados y metálicos para hacer de cualquier look un statement inolvidable. Este es el momento en el que diríamos: ¡Y ahora los ochenta están de regreso! Pero, ¿a quién queremos engañar? Los ochenta nunca se fueron a ningún lado. Si no es la moda es la música, si no es la música es la manera de escucharla, son los peinados, o es todo junto en formato serie, película o fiesta nostálgica que nos recuerda que, aunque no la viviéramos, todos recordamos a los ochenta como si fuera ayer.

Pero, ¿cómo puedo llevar la esencia de una chamarra dorada gigante con hombreras cuadradas hasta el calor de mi hogar? La respuesta a esa y prácticamente todas las preguntas es: con elegancia y gracia, por supuesto. También, claro está, de acuerdo con tu personalidad. La mejor parte de la decoración de los ochenta es que nadie se queda fuera, hay un estilo cromado para cada quién:

Dorado: vibrante y llena de paz

Es difícil lograr que el color dorado funcione, está demasiado lleno de su propia personalidad como para disponerse a cooperar con el resto de la decoración de interiores. El dorado, aunque sea en toque ligeros, pide ser el centro del espectáculo. Si así eres tú, entonces eres la persona indicada para dominar a este tono. El esfuerzo por dominar este color lo vale, ya que, al llenar tus espacios con este perfecto balance, les darás una sensación de paz inalcanzable de otra manera. Al igual que quienes se inclinan por este color, el dorado en su interior está lleno de paz, por eso es que brilla tanto. No dudes en usarlo para tu decoración de los ochenta, y, sobre todo, no dejes de brillar.

Cobre: fuerte y natural

El cobre era el color de la herrería de los dioses griegos y, desde entonces, lleva consigo la fuerza del herrero que los forjaba. Este tono representa a alguien que no se detiene ante nada. Que toma los obstáculos y los transforma en los escalones que la llevarán a la cima. Como metal en una forja, cada una de las desventuras a las que te enfrentas te van endureciendo, haciéndote más fuerte y más bella. Por su relación con el color de la tierra, este tono usualmente atrae también a personas más naturales, conectadas con su entorno y carentes de adornos que oculten la belleza que han forjado a pulso. Si eres así, no puede faltar el tono cobre cromado cuando le des a tus espacios un giro con decoración de los ochenta. Esto se puede conseguir con detalles en algunos accesorios de instalación, que puedes incorporar en tu hogar.

Plateado: espiritual y etéreo

El plateado, aunque sea cromado y oculto entre nuestra decoración de los ochenta, tiene calidad de espejo, y, como tal, refleja lo que somos en realidad. Así, este tono es solamente para quienes se conocen a la perfección, para aquellas que se han enfrentado a las profundidades de su ser y han salido completas y en paz. Así, el plateado también es la conexión a la espiritualidad, decoración de los ochenta en este tono cromado nos recuerda lo que no mostramos pero conocemos a la perfección, nuestra conexión con lo que hay más allá que pudimos distinguir a través de nuestro viaje hacia nosotros mismos. Si en lugar de temerle a lo oculto te lanzas hacia ello, este tono es para ti.

Así que, ya lo sabes, la decoración de los ochenta sigue aquí, con nosotros. Aplícala de la manera que más se ajuste a tu personalidad y disfruta de un espacio que te refleje a la perfección.