Les ponemos cuadros, murales, repisas y todo lo que podemos encontrar con tal de decorarlas. Pero, las paredes son mucho más que el sostén para nuestras nuevas ideas, son lo que le da cohesión a un espacio, lo que delimita, lo que une, lo que, al final, construye un espacio. Así, debemos estar conscientes de lo que hacemos y comunicamos con la textura en cada una de nuestras paredes. Lo que elijamos le dará una personalidad completamente distinta a los espacios, así que no es una decisión que podamos tomar a la ligera.

Aquí te dejamos algunos tips para cada una de nuestras texturas en paredes:

Madera

No, no tiene que verse como un establo. La madera, como regalo de la naturaleza, es benevolente y muy flexible. Dependiendo de la combinación, le da a los espacios un aspecto impetuoso y fuerte, pacífico y acogedor o tradicional, reminiscente de una época más sencilla. Si la utilizamos en abundancia con colores muy saturados, le dará una personalidad casi abrumadora al espacio, lo convertirá en el personaje principal de todo lo que ahí ocurra. En cambio, si el espacio es exclusivamente de madera con mucha iluminación, se volverá el centro de calidez más pacífico que podríamos imaginar. Finalmente, si lo mezclamos con decoración barroca y telas tipo terciopelo en colores pastel, estaremos en medio de nuestra propia novela de Jane Austen. Prueba esta textura en tus paredes y transpórtate.

Piedra

Un complemento excelente para la textura de madera en paredes es la piedra. Le dará un aspecto rústico inigualable a cualquier espacio. Pero, esta textura también tiene sus propias ventajas únicas que resaltan por derecho propio. La textura en paredes de piedra puede ser tanto cálida, como fría, dependiendo del tono de piedra que se elija. Aunque se corre el riesgo de achicar un espacio, es perfecta para dar una sensación de seguridad y solidez inquebrantable. Tonos de roca cálida harán que el espacio sea muy acogedor, mientras que los más fríos traerán una sensación constante de frescura y más amplitud. ¿Con cuál te quedas?

Mármol

¿Qué se puede decir del mármol que no se sepa ya? Etéreo, elegante, esta textura en paredes es incomparable, aunque nos obliga a tener una decoración tan impecable que podría sobrevivir en el más refinado palacio romano. No hay nada que comunique mejor el buen gusto que una mezcla de mármoles blancos y negros; esta combinación también comunica poder de una manera armoniosa inigualable. Para una elegancia atemporal, el mármol color marfil es la opción ideal. Mientras que el beige le dará un toque de calidez. Sea cual sea el tono, con el mármol no se puede fallar.

Sólido

Es difícil ganarle a un clásico. Por eso, las texturas de paredes sólidas nunca pasan de moda. Su simpleza es lo que las llena de clase y permite que cualquier combinación, por alocada que parezca, se vuelva realizable, se vea perfecta y adquiera un toque único de distinción. Para elegancia discreta, una combinación de colores neutros será la mejor opción, mientras que, nada le dará más vida a un espacio que una explosión de colores llamativos y formas cuyo límite es solamente nuestra imaginación. ¿Te animas?

Sin importar la textura de paredes que elijamos, lo importante es saber lo que queremos y no dejar que nada nos detenga al imaginar simplemente lo mejor.